La primera tarea de Cromwell durante la
República, que fue proclamada después de la
ejecución de Carlos el 30 de enero de 1649, fue el
sometimiento de Irlanda y Escocia.
Sus principales objetivos eran
lograr un gobierno estable y tolerancia para
todas las sectas puritanas. Se enfrentó con los
parlamentos del Protectorado, que trataban de alterar los
principios de
la Constitución escrita. En 1657 aceptó
la Humilde Petición y Consejo: petición de crear
una segunda cámara parlamentaria y potestad de nombrar a
su sucesor, pero no aceptó el título de
rey.
El éxito
de Cromwell se debió a que supo mantener la paz y la
estabilidad, y a que proporcionó los medios
necesarios para la tolerancia religiosa de grupos no
católicos. Por ello, los judíos, que habían
sido expulsados de Inglaterra en 1290, pudieron regresar en 1655.
La enérgica política exterior de Cromwell y los
éxitos del Ejército y la Armada otorgaron a
Inglaterra un gran prestigio en el extranjero. Los ingleses, en
alianza con Francia,
arrebataron Dunkerque a España en
1658, obteniendo así una plaza fuerte en el continente
desde donde invadir Calais, ciudad que Inglaterra había
perdido hacía 100 años.
Cromwell murió el 3 de septiembre de 1658 y fue
enterrado en la abadía de Westminster. Su hijo, Richard
Cromwell, a quien nombró su sucesor, fue incapaz de
mantener el poder. En 1661
Carlos II reestablece la monarquía y dinastía Estuardo en
Gran Bretaña, manteniendo una relativa tranquilidad luego
de terminada la guerra civil.
Jacobo (hermano de Carlos II) pasó a ser lord
almirante supremo de Inglaterra. En 1672 Jacobo anunció
públicamente su conversión a la fe católica.
Al año siguiente, el Parlamento inglés
aprobó las Test Acts, por
las que los católicos quedaban inhabilitados para el
desempeño de cargos públicos, y
Jacobo dimitió como almirante supremo. En 1679, la
Cámara de los Comunes trató de excluir a Jacobo del
trono, sin éxito.
LA REVOLUCIÓN
A la muerte de
Carlos en 1685, Jacobo se convirtió en rey. Apartó
a muchos de sus seguidores con sus severas represalias, sobre
todo como consecuencia de una serie de juicios represivos
conocidos por el nombre de 'juicios Sangrientos'. Jacobo
trató de ganarse el apoyo de los disidentes y de los
católicos en 1687, poniendo fin a las restricciones
religiosas, pero sólo consiguió aumentar las
tensiones. El nacimiento de su hijo, Jacobo Francisco Eduardo
Estuardo, el 10 de junio de 1688, pareció garantizar la
sucesión católica. Poco después, los
líderes de la oposición invitaron al yerno de
Jacobo, Guillermo de Orange, más tarde Guillermo III de
Orange, a hacerse con el trono inglés, desencadenando
así la Revolución Gloriosa.
Guillermo obtuvo el control temporal
del gobierno, y en febrero de 1689 les fue ofrecida, a él
y a María, la corona con la condición de que
aceptaran la Declaración de Derechos, que se
convirtió en el Bill of Rights. Dicho proyecto de
ley otorgaba
la sucesión a la hermana de María, (Ana), en caso
de que María no tuviera hijos, impedía el acceso al
trono de los católicos, garantizaba elecciones libres y
convocatorias frecuentes del Parlamento, y declaraba ilegal la
existencia de un ejército permanente en época de
paz.
La Revolución Gloriosa tuvo éxito, sin
derramamiento de sangre: el
Parlamento era soberano e Inglaterra próspera. Fue una
victoria de los principios whig, ya que, si los católicos
no podían ser reyes, ningún monarca podía
ser absoluto.
Lo importante de todo este proceso revolucionario se
basa en el avance político (mientras que el sistema del
continente europeo seguía siendo absolutistas, los
británicos ya tenían una monarquía
parlamentaria consolidada) en que se encuentra Gran
Bretaña a partir de finales del siglo XVII, lo cual le dio
las capacidades intelectuales para que durante todo el siglo XIX
sea la potencia
hegemónica por excelencia.
También, sembró la base política
para que poco después se desarrolle la llamada Revolución
Industrial, que le aseguraría el trono de todo el
globo por casi un siglo.
LAS IDEAS
Los pensadores franceses admiraban la
organización política, social, económica
y la filosofía inglesa. De esa admiración surgieron
las ideas principales de la
Ilustración francesa: Fe en el progreso humano. Los
hombres mejoran a través de la educación.
Libertad
religiosa. Todos los seres humanos son esencialmente iguales. El
gobierno de un pueblo surge por convenio de los ciudadanos. Tales
ideas fueron propugnadas por pensadores como Rousseau,
Diderot, D'Alambert y Voltaire. Se
difundieron a través de la Enciclopedia y se apoyaron en
gran parte en el surgimiento de la Revolución
francesa.
ANTECEDENTES: ANTIGUO RÉGIMEN
Aunque las causas que generaron la Revolución
fueron diversas y complejas, éstas son algunas de las
más influyentes: la incapacidad de las clases gobernantes
—nobleza, clero y burguesía— para hacer frente
a los problemas de
Estado, la
indecisión de la monarquía, los excesivos impuestos
que recaían sobre el campesinado, el empobrecimiento de
los trabajadores, la agitación intelectual alentada por el
Siglo de las Luces y el ejemplo de la guerra de la Independencia
estadounidense. Las teorías
actuales tienden a minimizar la relevancia de la lucha de clases
y a poner
De relieve los
factores políticos, culturales e ideológicos que
intervinieron en el origen y desarrollo de este
acontecimiento.
Luis XIV, Luis XV y Luis XVI impusieron la
monarquía absoluta, restando privilegios a la nobleza y
uniéndose a la burguesía.
Enfrentaron graves problemas económicos que no
resolvieron con poner impuestos. Entonces encargaron su
solución a los Estados Generales, asamblea formada por
representantes de la nobleza, el clero y el pueblo. Esta asamblea
también fracasó. Los representantes del pueblo
formaron aparte la Asamblea Nacional, que pronto incluyó a
representantes de la nobleza y del clero, y que exigió al
gobierno importantes reformas.
LA REVOLUCIÓN
Con el lema "Libertad, Igualdad,
Fraternidad", el 14 de julio de 1789 dio inicio la
Revolución Francesa, movimiento que
derrocó a la monarquía absoluta, proclamó
los derechos del hombre e
instituyó la república. Hasta antes de 1789 el
clero y la nobleza eran las clases privilegiadas, exentas de
determinados impuestos que campesinos, comerciantes y artesanos
estaban obligados a pagar. Otras desigualdades que determinaron
el levantamiento fueron, por ejemplo, las cuotas por el derecho
al uso de tierras que debían pagar los campesinos, sin
considerar el monto de la producción o si los cultivos se
habían perdido a causa de siniestros o inclemencias del
tiempo.
Además de las cuotas que debían pagar al rey y la
nobleza, los campesinos debían también cumplir
compromisos económicos con la iglesia. La
manifestación de descontento fue resultado de muchos
años de silencio del pueblo ante la evidente dispendio de
los tesoros de Francia. Las extravagancias de Luis XIV y sus
sucesores, el apoyo económico que se otorgó a los
estados de Norteamérica para obtener su independencia y la
frivolidad de María Antonieta fueron los últimos
golpes dados a la tolerancia popular.
El 5 de mayo de 1789 se reunieron los Estados Generales
(la nobleza, el clero y el pueblo) que se erigieron en Asamblea
General Constituyente, se dejó claro que sólo el
pueblo y no el rey tenían poder de decisión sobre
este órgano y se anunció que se promulgaría
una constitución.. Posteriormente, el 14 de julio de 1789,
la gente de París tomó la prisión real
conocida como la Bastilla, con lo que se dio por iniciado el
movimiento revolucionario y un comité de ciudadanos de
clase media se hizo cargo del gobierno. Poco a poco, en las
provincias se imitó el procedimiento
seguido en la capital.
Antes de que estallara la revolución en
París, ya se habían producido en muchos lugares de
Francia esporádicos y violentos disturbios locales y
revueltas campesinas contra los nobles opresores que alarmaron a
los burgueses no menos que a los monárquicos. El conde de
Artois y otros destacados líderes reaccionarios,
sintiéndose amenazados por estos sucesos, huyeron del
país, convirtiéndose en el grupo de los
llamados émigrés. La burguesía parisina,
temerosa de que la muchedumbre de la ciudad aprovechara el
derrumbamiento del antiguo sistema de gobierno y recurriera a la
acción directa, se apresuró a establecer un
gobierno provisional local y organizó una milicia popular,
denominada oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los
Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor (azul, blanca
y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a
ser la bandera nacional. No tardaron en constituirse en toda
Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia.
El mando de la Guardia Nacional se le entregó al
marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la
Independencia estadounidense. Luis XVI, incapaz de contener la
corriente revolucionaria, ordenó a las tropas leales
retirarse. Volvió a solicitar los servicios de
Necker y legalizó oficialmente las medidas adoptadas por
la Asamblea y los diversos gobiernos provisionales de las
provincias.
En octubre, los monarcas fueron trasladados de Versalles
a París para ser vigilados más de cerca. En 1791
fue concluida la Constitución y quedó abolida la
nobleza, se impusieron limitaciones a la monarquía, antes
absoluta, y se dio a conocer la Declaración de los
Derechos del Hombre. Un intento de huida de los reyes con sus
hijos hizo crecer la desconfianza hacia ellos. Entonces fueron
recluidos en el palacio de las Tullerías que fue asaltado
el 10 de agosto de 1792. Un mes después se declaró
abolida la realeza y en enero de 1793 Luis XVI fue enviado a la
guillotina.
En 1792, gobernada por la Convención Nacional, se
proclama la República que subsiste pese a la
oposición de la nobleza europea y a la guerra de Austria y
Prusia contra Francia. Durante la formación de la
República surge el Régimen del Terror, originado
por el ansia de poder y el temor de los grupos revolucionarios a
una invasión extranjera. Napoleón
Bonaparte, militar al servicio de la
Revolución, preserva la hegemonía política
de Francia, realiza grandes reformas, pero suprime el
régimen republicano nombrándose emperador. Napoleón empieza a realizar una
campaña con el fin de extender los dominios de Francia, se
apodera de España. Es vencido en 1815, en
Waterloo.
El estallido de la Revolución francesa
representó para la Corona española un nuevo y gran
peligro. Aparte de lo que significaba en el plano
ideológico-político la caída del Antiguo
régimen monárquico en el país vecino, la
amenaza inmediata de una guerra con Francia pareció
aumentar a causa de la "diplomacia de mano dura" del ministro
Floridablanca, que mostró una actitud
inflexible de rechazo frente a la revolución, lo que
proporcionó a sus enemigos políticos una
oportunidad para intensificar las intrigas en su contra, haciendo
ver a Carlos IV la posibilidad de que la hostilidad de
Floridablanca contra la Revolución francesa pudiera
inmiscuir a España en una guerra que no estaba en
condiciones de emprender.
La Revolución Francesa se limita a realizar las
ideas ya elaboradas. Por ejemplo, la doctrina de la
división de los poderes de Montesquieu la
toma de la historia inglesa; la igualdad de los hombres ante la
ley, es un concepto
elaborado por la filosofía racionalionalista y empirista
anterior; la supresión de los privilegios de la iglesia y
de los feudales es obra de Voltaire que, en trabajos
preeliminares a la revolución, habia discutido esas
instituciones.
Por otra parte, los franceses conocían el
movimiento emancipador de las colonias americanas y muchos
habían intervenido en la guerra de éstas contra
Inglaterra.
La Revolución Francesa fue de carácter
burgués, al igual que la Revolución Inglesa;
entonces, fueron los intereses económicos los que la
impulsaron, fue el tercer estado que, sintiendose coivido
despóticamente por la Iglesia, la nobleza, y el absolutismo de
los reyes se levanta en defensa de sus propios intereses
económicos.
Si bien he presentado algunas conclusiones acerca de
cada una de las revoluciones, se me presentan ciertas reflexiones
personales que mencionaré a
continuación.
Las dos revoluciones anteriormente descriptas, guardan
una íntima relación entre sí. Así,
Sin la Revolución Inglesa no se hubiesen dado las
circunstancias políticas para llegar a la Francesa si la
burguesía no se hubiese convertido económicamente
poderosa luego de la Industrial (por que destaco, que a mi
parecer, la Revolución Francesa no se destaca por sus
ideas sociales – éstas ya habían sido
anunciadas por los ingleses un siglo antes-, sino por declarar
victoriosa a esta nueva clase triunfante. Respecto a los
norteamericanos, llevaron a la práctica las ideas que
rodearon durante todos estos siglos y prácticamente no se
bajaron a la realidad.
Estas revoluciones, no han creado cambios a nivel
ideológico, sino que se nutrieron de filosofía
anterior a éstas y han sabido aprovecharse de
éstas, así como la técnica se apodera de
la ciencia,
las revoluciones se apodera de las ideas
filosóficas.
David Jiménez
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